El grupo de artistas franceses que a partir de 1890 adoptó este nombre (procedente del hebreo nabi, 'profeta') llevó a cabo una radical evolución del arte plástico, a partir de una forma inédita de pintar. Fueron capaces de traducir sus pensamientos y sensaciones en impresiones físicas de materia, trazo y color. Rechazaban la alienante mecanización producida por el desarrollo industrial de las grandes ciudades y concibieron un lenguaje simbólico que se centraba en el misterio de la vida y la espiritualidad. Pertenecieron a este grupo Paul Sérusier, Maurice Denis, Jan Verkade, Pierre Bonnard, Émile Bernard, Ker-Xavier Roussel, Georges Lacombe, Félix Vallotton, Édouard Vuillard, Paul Gaugin, Henry-Gabriel Ibels, Paul-Élie Ranson y József Rippl-Rónai.
Textos: Agnès Delannoy, Marisa Oropesa y Juan Manuel Bonet.
191 páginas, ilustraciones, fotografías en color, 29 x 23,5 cm