La relación de Vilariño con los animales contiene mucha de la fascinación que por ellos se profesa en la infancia, en ese periodo en que se acumulan los descubrimientos y la proporción de lo nuevo es infinitamente superior a lo ya conocido. En el proceso de creación, Vilariño se convierte en un chamán que prepara a sus animales para el viaje desde el infierno al paraíso. Sus escenificaciones no son solo presencias de objetos y sujetos, sino que significan un diálogo entre el artista y los materiales. Las imágenes que crea prescinden de la belleza convencional y nos remiten a un imaginario mítico. Animales y objetos se relacionan a través de formas que encajan despacio.
142 páginas, ilustraciones, fotografias en blanco y negro y color, 28 x 21 cm